"Un viaje de mil millas empieza con un paso." Lao Tse.

sábado, 10 de mayo de 2008

Laos: el movidito viaje en bus de Luang Prabang a Vang Vieng

El "VIP" bus

7 horas aquí dentro.
¿Por qué le llaman VIP a un autocar sin aire acondicionado, sin asientos reclinables y con el velocímetro estropeado?
Esto es lo que nos vendieron: un autocar "VIP" que tenía que hacer el recorrido de Luang Prabang a Vang Vieng en 6 horas, con mucho confort y aire acondicionado. La realidad fue que el trayecto duró 7 horas y cuarto y el aire acondicionado fue el de las ventanas abiertas... No hubo necesidad de quejarse –aunque tampoco nos hubieran hecho caso- porque afortunadamente no pasamos calor. A todo esto hay que añadir una serie de particularidades que hicieron el viaje por lo menos interesante: una familia laosiana con tres niños que se pusieron detrás nuestro todos juntos en dos asientos, que además no querían separarse de un gran cesto de mimbre donde llevaban ¿diez quilos de pollo hervido? o al menos olía a eso; otra familia con un niño pequeño que no paraba de llorar; una chica que de vez en cuando discutía a gritos con alguien por el móvil ¿su novio?; por no hablar del conductor, un chico muy joven que todo el rato estaba de cháchara con su ayudante, otro chico aun más joven, y un colega que se sentó en un taburete a su lado, de modo que se pasaron el trayecto los tres dedicados a hacer cosas como, por ejemplo, llamar por el móvil mientras conducían, silbar y tirar piropos a unas chicas que iban en moto, o ir probando los CD's hasta encontrar la canción que les gustaba. A todo esto hay que añadir lo que nos íbamos encontrando por la carretera: asfalto en mal estado, vacas que no se apartaban, niños jugando que tampoco se apartaban, vehículos tirados, etc. Laos en estado puro, vamos.

Entre tanta animación nos vimos obligados a parar de repente porque otro bus que se había cruzado en la carretera y no dejaba pasar a nadie; al principio pensamos que estaba averiado, pero por lo que pudimos deducir lo que ocurría es que el conductor de aquel bus se había picado con un camión y entonces se le había ocurrido la genial idea de cruzarse para no dejarlo pasar. Como no podía ser de otra forma, en medio de la carretera se armó un lío monumental de gente discutiendo, a lo que muchos pasajeros del bus bajamos para ver el espectáculo e incluso algunos aprovecharon para ir a hacer pis al bosque. Sin embargo la fiesta se acabó pronto, cuando alguien vio el rifle que ocultaba sin mucho disimulo un policía que iba de paisano en nuestro bus...

Por todo esto pagamos 105.000 kips (unos 7 euros), no mucho más que si hubiéramos ido en una furgoneta (135.000 kips). Evidentemente nos sentimos un poco timados, aunque la decepción se compensó en parte con el paisaje que nos regalaba la carretera que serpenteaba entre las altas montañas y donde, de vez en cuando, se obserbava la vida sencilla y humilde de los poblados rurales.
  
Jordi: si pese a todo decidís hacer este trayecto en bus, id al baño antes de subir y llevad comida y bebida, pues el autobús no para hasta cinco horas después, justo una hora antes de llegar a Vang Vieng.



No hay comentarios:

Publicar un comentario